![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAYDTXcQSjAnl8-5A7EzUYHu_oAyZXKKI8E0gru9Eo4v5wxXA1-bIUqSRzyKPbuc-n6JQC26lpdJzTV0ky_ejVH5ev26oEz8mfLR0uaIrUz8VNixwmbwOf34rj9HinUmnsvZhlY7bNO7az/s400/logo_madairestango.jpg)
“Originario de la orilla de Buenos Aires, con perfecta localización geográfica, empírico, vigente y anónimo, transmitido oralmente y funcional, tiene todas las condiciones requeridas por las mayores exigencias del hecho folclórico… Su nacimiento porteño se sitúa en los “barrios bravos” de Buenos Aires del 900…”
Víctor Jaimes Freyre, Mi buen amigo el Folclore (1963)
por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9m2gqRq_WMbCs2QFIVVxgvcGFAv3GKtStweZ59M6ynKGuz84dgcqb9NYKsHOMCa9LaPMh1ECcStAS0WTXOW95qzXYzyr81T33h3LslBm_YzR8ZovKp-fWwUwwLOWlM7f9Dq_jfL4g010E/s400/pro_tangoaciegas.jpg)
Aunque
nunca fui afecto a viajar mucho fuera de Argentina, estuve varios
años en Ecuador, país maravilloso y amante del tango. Me retuvo el
país mismo, su gran capital, Quito, y otras muchas ciudades deseosas
de entender mejor el tango folclórico de Buenos Aires, el tango
humilde, de barrio.
Di
clases y exhibiciones de tango en Ecuador todos esos 7 años. Aunque
con base de operaciones en Quito, recorrí con el tango muchas
otras hermosas ciudades
ecuatorianas como
Guayaquil, Machala, Esmeraldas...
Como
la nostalgia del lugar de nacimiento de uno es todopoderosa, un día
quise volver por más tiempo que vacaciones de un mes al
año a mi ciudad natal,
Buenos Aires. Estoy en ella desde hace apenas 3 años.
Las
cosas cambiaron drásticamente en la Capital Mundial del Tango. No
hay casi extranjeros en las milongas «turísticas». El
negocio no funciona como antes.
En
las
décadas
de 1990 y comienzos de la del
2000,
hubo un gran afluente de
visitantes de todo el mundo
a las milongas turísticas de Buenos Aires. Parecía un negocio
redondo y perpetuo, dado que hablar
del tango es hablar de Buenos
Aires. Pero yo sabía que el asunto comercial
no iba a durar; estaba seguro que en pocos años los turistas
dejarían de venir al Buenos Aires.
Porque
los turistas se quejaban una
década atrás. Se quejaban
de los espectáculos «for export» donde no aparecían bailarines
milongueros porteños mostrando lo auténtico de Buenos Aires, sino
jovencitos y jovencitas sacados como de una galera haciendo piruetas
samtimbanquis con música
ajena a la tradición porteña;
porque aparecían algunas
supuestas «orquestas de
tango» que no ejecutaban
otra cosa que una especie de música
alienígena etiquetada como
«tango» inventada
nadie sabe si en el Bronx, en Birmania o
algún satélite de Júpiter...
Las
milongas turísticas actuales están vacías de turismo extranjero.
Los
malos comerciantes pensaron que podían malvender una cosa por otra,
dando «gato por liebre».
Cuando
las milongas turísticas transmitan sólo lo folclórico, lo D.O.C.
de Buenos Aires, las cosas cambiarán. Los extranjeros pensarán que
vale la pena atravesar océanos y
gastar sus ahorros para
entender el tango real, el popular, en
su cuna natal.
© 2013 CAGB "Claudio Madaires".
No hay comentarios:
Publicar un comentario